No se hasta qué punto la gente se suele dar importancia.
Y cuando digo esto, lo hago para colocar en el tapete a la gente que se suele tomar muy en serio.
Voy a poner de relieve varios tópicos de personas que suele adjudicarse una importancia abstracta frente a otro, sin saber siquiera que con esto, y al menos desde mi escala valorativa va en declive permanente.
Algunos de los ejemplos:
1ro. La gente a la cual tienes mucho tiempo sin ver, aún cuando la última interacción no fue engorrosa ni nada que se le asemeje... Resulta que cuando finalmente se reencuentran (accidentalmente hablando, claro) esta persona se te esconde y te esquiva, sabiendo tú que no es así, en otras palabras se hace el que no te ve.
2do. Otro tipo de evitar contacto es el de esquivar tus llamadas.
3ro. También querrán algunos de estos prospectos de no coincidir contigo en lugares a los cuales frecuentan ambos.
4to. Más recientemente y con el aguge que han tomado las comunicaciones electrónicas, digamos específicamente en el uso del messenger, los hay que también se colocan como no conectados para que no te enteres de que están ahí y, claro está, para ellos elegir a la persona con la cual desean conversar aunque no seas tu precisamente uno de los ¨elegidos¨.
Y así hay un sinnúmero de maneras en las cuales alguien te puede ¨bloquear¨ personal y virtualmente asi de la nada... Y yo, me pregunto para qué?
No se si será por mi manera camaleónica de aceptar cuando no le caigo bien a alguien, o mejor dicho cuando sé que ¨sobro¨ en un espacio, pero mi manera de manejar el tema de cuando no quiero interactuar con alguien (sean cuales fuesen los motivos), es emplear una última conversación con esa persona y explicar mis motivos... Así resultan más claras las cuentas y no creo estar jugando al gato y el ratón frente a esa persona a la cual por lo que sea decidí sacar de mi reino.
Es que, como dice alguien que conozco ¨Lo único obligado en esta vida es morir¨.
Aprendamos a darnos un poquito de menos importancia... Para que los demás nos den la importancia que merecemos.
domingo, 19 de octubre de 2008
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